Bendita Nostalgia

Para reconocer las cartas que escribí
me centro en un despliegue de fichas de ajedrez
con sus movimientos exactos,
los caballos comilones se deshacen de mis letras.

Ya no tengo ese remitente frío,
sé que estaba condensado en besos
y protegido por una gran torre de marfil.
Ahora ya algo de tiempo se dejó caer,
recuerdo a los peones de antes en fila,
no había forma de reina ni
pedestal en línea que me hiciera alabar lo que sentí,
escasamente siento sin duda hoy,
pero soy ya más flexible,
he aprendido a moverme así como la torre;
en dos direcciones,
creo que todavía soy capaz de más,
tengo muchas perspectivas,
me subo a la corona del rey
para distinguir las jugadas maestras
aunquehasta ese punto ya comienzo a ser distinta
porque proyecto autenticidad,
no suelo planear estrategias,
contigo por ejemplo, no lo hice,
fui sincera
desde la punta a la goma
de mi cincel de dibujo.

Hoy por hoy he madurado un poco,
cambié de pluma,
eso demuestra algo,
yo delineo ahora
las líneas del tablero
antes,
me acomodaba a las que me pasaban.

La paz me la fueron dando las estaciones,
los largos trechos de pensamiento entre una pieza y otra.


Sin privaciones todo anda bien,
se me hace fácil ganar,
tener el control,
respirar oxígeno y pararel contagio de CO2,
el humo me molesta cuando nos sentamos a disfrutarde un juego de ajedrez,
pero lo expulso rápido y
aunque al final seamos sólo yo
y la piedra escasa con los figurines
invento ahí sentado a un amigo
- ya pasaron las etapas de los rivales -.

Salgo de mis raíces
para apreciar en mi trono el orgullo de recobrarme,
soy todas las piezas,
soy humano
prevalezco en el espejo y cuando me motiva
cambio mi silueta
para beber vida.