Haber sentido sus lágrimas encima de mis hombros y sus brazos alrededor de mi cuello, de mi espalda fue un impacto único. El corazón sobre el mío me provocaba protegerla. Hace tantos años que me preguntaba si tenía momentos de inestabilidad, de fragilidad, pero no, yo creí que nunca me abriría la puerta de su amistad completa e iba ha ser yo la que siempre terminara hablando como loca sus incidentes cotidianos. El primer paso no puedo decir que lo dio ella o yo, me parece que esta vez la amistad se conjugó como tiene que ser, dentro de los márgenes preestablecidos, fue de ambas. Las dos caminamos con el mismo pie en el momento preciso. Se me trababa la voz de vez en cuando, a veces no sabía qué decirle, era tan fuerte lo que sentí. Me habría gustado revelarle más de mí pero no era adecuado en ese instante, el apoyo lo necesitaba ella más que yo. Mi amiga. Después de que se fue yo quise establecerme dentro de ella, haber sacado fotos del instante mágico. Está siempre buscando eso, magia y cuando me confesó sus emociones fue desligarse del tiempo, evitar a las personas, replantearnos el lugar que nos escondía, detener el tráfico, apagar las luces, escucharnos mutuamente fieles a esta amistad, a esas horas que consumieron sus pequeños temores que también se hicieron míos.

Hoy día, después de 18 años tengo que decir que tengo amigos, que son pocos pero que me quieren, que me admiran, que me acompañan y me protegen. Cuando era mas chica me aferraba a las personas que recién iba conociendo y en muchas ocasiones me desilusioné, pero no porque ellos cambiaran o actuaran mal sino porque yo les tenía diseñada su personalidad y si no cabían en ese prototipo supongo que se derrumbaban mis proyectos y me alejaba.

Cometí errores con los amigos que tengo ahora, bastantes, tuvimos peleas duras, reconciliaciones en silencio, caminatas con plagas de belleza, llantos contenidos bajo miradas, abismos que nos separaron, sin embargo la vida parece que nos tiene preparado algo que nos une.

Me queda una teoría: La intensidad de las relaciones que llegan, se esfuman también con esa misma rapidez, por eso los he tomado con calma, con altos y bajos a mis amigos de ahora y por esa misma razón es que perduran en mis latidos. La preocupación la tengo puesta en ellos, cada vez que puedo abro una ventanita con cada uno para enseñarles otra parte de mí, con paciencia me llevan y me agradecen mi existencia, son aventureros llenos de ilusiones como yo.
Podría adjetivar cada una de sus virtudes, aunque me parece que el gran hecho ya esta dicho, su amistad ante todo significa vida para mí.

no sean ingratos y pasen por aqui, besos a tod@s

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