miércoles, noviembre 07, 2012

El parque de mis emociones




Han pasado dos semanas en donde algo se renueva en mi vida, y este blog, aunque inconstante debo admitir en mis escritos, se merece aún que le dedique mis letras.

Y es que me siento tan feliz.
Ayer medité un rato, un tiempo minúsculo en el espacio de mi vida, - porque francamente hice demasiado - y mi corazón no podía dejar de expandirse, y allí en es instante me di cuenta que no hay nadie más que yo aquí dentro, haciéndome sentir dichosa, contenta, emocionada de que el fluir de las cosas sea la opción más certera.

Pienso en mi relación, en ese proyecto de vida en el suelo y el corazón que tengo lo sufre y lo lamenta, hay un dolor inmenso que aún no se cierra, que sigue latiendo sin escapatoria pero que espero, desde lo profundo que sane, porque lo necesito así y porque creo que hay etapas que deben culminar, sea como sea. No puedo, y esto lo digo de manera determinante, continuar herida o con una estaca en el cuarto chakra, que a veces me punza y otras veces, que son las casi imperceptibles me deja sentir nuevamente, como hoy.
Cuando la vi, cuando penetré levemente sus ojos, las circunstancias, el entorno, las palabras se removieron del subsuelo y me permitieron sentarme en una mesa con varias desconocidas a conversar. Allí a tientas, hablé mecánicamente de lo que me preguntaron y accedí a dar mi numero telefónico para una próxima junta. Y a ella ni siquiera la volví a mirar, me permití experimentar esa nueva sensación o quizás una que anhelaba hace mucho volver a sentir. Su presencia, su energía me removieron el corazón. Y sus ojos, al verla, fueron todo, tanto así que una gran incertidumbre se prendió dentro y me permitió calar en el parque de mis emociones otra vez, en ese lugar poco regado últimamente, pero rodeado de flores y de romanticismo.

La busqué sin pensar mucho. La busqué y la encontré.

Mi mente ha cavilado bastante, y en ese zigzagueo inútil de lo "bueno", lo "malo", lo que debería o no hacer, de si estará bien o no se mantuvo mientras comíamos o nos mirábamos un poco más de cerca. 


Hoy las dudas se disipan bastante más de lo que quiero creer, porque al clavar mis ojos en los suyos puedo saberlo, cuando la veo interactuar o cuando me habla, allí en esos ojos crece la verdad que me invita a arriesgar.

Cuando la miro hay una sensación, una palabra, un deseo, un corazón, un sentimiento que repentinamente crece y se instala en mi sillón cómodo, que gracias al universo, he limpiado y he vuelto a colocar para que ella pueda tomar asiento. Directamente nos hemos invitado a vernos y a ser parte de este incierto "amor" que aunque incipiente, es muy florido.

A sus ojos estas letras, 


Matilde.


4 comentarios:

MentesSueltas dijo...

Matilde, reflexionar pero libremente, sin las trampas de nuestra mente que todo lo complica.
Ser libre y vital... cuesta mucho, lo sé.

Un abrazo enorme repleto de mi mejor energía.
MentesSueltas

MentesSueltas dijo...

Matilde, reflexionar pero libremente, sin las trampas de nuestra mente que todo lo complica.
Ser libre y vital... cuesta mucho, lo sé.

Un abrazo enorme repleto de mi mejor energía.
MentesSueltas

fiorella dijo...

Seguí tu certeza...no hay otro camino, seguro todo sanará.Un beso y me alegra volver a leerte,ya te puse en el reader.

Matilde dijo...

Gracias. No lo había leído detenidamente. Gracias