martes, enero 22, 2013

Se cierra una puerta y se abre una ventana, así dicen...



Daré en un rato más mi examen de título. Cierro otro proceso más de mi vida, la universidad ya se fue - o casi en realidad - me quedan por utilizar las últimas 800 hojas que tengo para imprimir. Quizás la saque en algún manual de musculación o le imprima a la LoreCata sus flyers, aún no lo tengo claro, lo que sí sé es que en definitiva no andaré más por la universidad luego de esta semana, y espero no ir por un largo tiempo más.

Digo que cierro otro proceso porque el día jueves de la semana pasada me divorcié literalmente de mi novia de cinco años. Nos vimos, nos juntamos, nos reconocimos en un acto tan informal como tomar un jugo. No la veía hace más de un año y la verdad no me llevé la mejor de las impresiones, ella estaba en cualquier parte, a veces conmigo y yo, mi mente y mi corazón vagábamos por las imágenes hermosas de mi pololeo quebrado de hace dos semanas. Me dejó un poco triste ella, sé que quizás no era el momento para las dos, sé que las circunstancias me decían que no pero yo quise insistir, indagar y finalmente surgió el amor. Me habría quedado con ella por un tiempo más, por harto tiempo más. Cada día las dudas se iban disipando y mis sentimientos floreciendo por ella.

Me acuerdo de tantas cosas; de sus besos y abrazos con el corazón apretado al mío. Me acuerdo de mi regalo de cumpleaños, de la luna y la música, de las dos compartiendo. Del atún con lechuga, del pito probado y del amor bebido. De los despertares lejos, los cerca, de la playa, del sol, de su mano enlazada a la mía, del calor, de mis pies fríos, de tanto... de tanto que no quiero ni puedo despejar de mi latir lo que pasó entre las dos. Lo más importante para mí fue la entrega, por segunda vez en mi vida me entregué y ella me pidió lejanía, qué triste siento dentro.
Obvio que la vida sigue y es hermosa, mi cotideaneidad es un regalo que siempre agradezco y jamás formaré una queja repecto de lo que me entrega el universo, pero la extraño y quiero volver a estar con ella, de la forma que sea, en su auto, de compras, en sus brazos como antes, aunque ahora quizás sería distinto el encuentro, pero sí, lo quiero, lo añoro adentro, en el interior que nunca miente, allí esta ella, que se lleva un lugar bastante grande.
Pasamos muy pocas horas juntas entre la primera vez que nos vimos y el último encuentro pero para mis días y mi andar fue un período bastante extenso, inolvidable, a decir verdad.
Y hoy que termino tantas cosas, incluyéndola me queda un poco de tristeza alojada en mi garganta, como un llanto que no ha salido y que pide sanación.

Nada más que decir, es un poco nostálgico este post pero lo siento ahora y ya está, de seguro en un par de horas sentiré mi corazón latir con mas intensidad, con más amor.

Saben, permítanse todo en la vida, en eso consiste, en el momento que hacemos lo que "nunca creímos" que haríamos, en eso consiste vivir. Darse cuenta de que no hay imposibles y que todo, todo lo que queramos esta para nosotros.


Sat Nam.




4 comentarios:

camino roque dijo...

hola Matilde
me gusta tu nombre

me ha hecho gracia tu nombre del blog
frase presentación de mi fb igual a
cómo salgo de Matrix?

Marina dijo...

Es muy bonito este post, muy auténtico. Muy real :)

Te agradezco infinitamente tu comentario en mi entrada! Yo también te sigo!

Un fuerte abrazo! :)

Dylan Forrester dijo...

En esta vida solo tenemos la misión de levantarnos y seguir el Camino.

Un abrazo.

Boris Estebitan dijo...

Hola, genial pasar por tu blog, es bien interesante, un gusto estar aquí, te invito cordialmente a visitar el Blog de Boris Estebitan y leer un poema cómico mío titulado “El baile de Snoopy”