C.P.F.G

de las conversaciones
con diosas vírgenes
la mayoría de las veces
resucité, aprendí y escuché
sin contestar,
callaba para darles en el gusto
de explayarse como exclusivas oradoras

contemporáneas.

no obstante, sin mentir
el pasado plenilunio
hubo cascadas silenciosas
y eternas risas cómplices
que me explican
un latido que salpicó por su belleza.

y mientras ella hablaba
sus ojos y su cuerpo
formaron una constelación
que desprendía dentro de lo marchito

sílabas trenzadas,
en volviendome dentro de la atmósfera que creamos.

su postura me hizo pensar
que disfrutaba de la noche
con idas y vueltas del viento,
que a veces encontró a su pelo
desatado con la brisa.

su frescura angelical acudió
a mi cuerpo gravitante,
persistiendo
con su charla
de la cual sólo vi
una modulación extensa.

sin calculo previo me quedé asombrada
y un acorde cotidiano
comenzo a crecer entre ambas,
surgió una mirada

que reveló el misterio.