Vida

Suena The Fray en los parlantes destemplados de mi computador, y me pongo a pensar en lo que ha pasado conmigo este mes de enero caluroso y muy excitante. He aprendido, mis maestros han sido la soledad y el silencio, el templo propio y la familia. Hay tantos métodos para educar al ser humano, quizás se deba a mi ciclo planetario mi necesidad de calma, pero ahora ya sentada en mi escritorio después de recorrer este Santiago que desentona, inhalo, observo, como sandia, me río de mis caídas, ya que ahora pruebo los resultados de aquellos aprendizajes y me saben a puro jugo de fruta recién exprimida. Este año es distinto, hay algo que todavía no descubro que huele diferente pero no me apresura, no señores, así como lo leen, todo lo que se aproxima lo ven mis ojos templados, que tienen esa capacidad de ser humildes, de reconocer fallas, de cambiar lo amargo por amor. ¿A ustedes les gusta el amor? Si supieran lo maravilloso que puede ser la vida si hiciéramos perdurar la alegría y no vendiéramos nuestra sonrisa tan barato, porque en realidad creo que hay gente perturbada caminando en las aceras, mucho ceño fruncido y para qué?
Que viva el amor y la música …!

La pasión absoluta …

Había estado enojada con mis letras, por lo que le he dedicado mucho tiempo a la guitarra, a esa terapia para algunos dedos, para algunos seres y me ha abierto un espacio de paz tan profundo que solo agradezco al amor que fue el que me movió a retomar este camino del guitarreo, porque ahora lo sigo con más amor y con mucho más aprendizaje.

Por otro lado les confieso que estoy como loca con Faith No More, he descubierto mi lado rock star a si que estoy a punta de acordes y melodías nuevas.